El libro Le maître
ignorant, cinq leçons sur l'émancipation intellectuel (el Maestro Ignorante,
cinco lecciones sobre la emancipación intelectual) del filósofo francés,
Jacques Rancière, fue publicado bajo la edición Fayard, edición de bolsillo,
septiembre 2004.
Rancière, en Le maître
ignorant, rinde un homenaje a Joseph Jacotot, que en 1818 tuvo una aventura
intelectual. Jacotot se exilió en Países Bajos, donde consiguió un empleo para
enseñar leyes, pero el tema era que los estudiantes no conocían la lengua
francesa y él por su lado, ignoraba completamente el holandés. Por lo que no
hay una lengua por la cual él puede instruir lo que los alumnos piden. Entonces
se tenía que buscar algo en común para lograr el objetivo. En esa época se
publicaba en Bruselas la edición bilingüe del Telémaco. Lo común fue
encontrado: Telémaco. Entonces ese libro fue entregado a los estudiantes,
pidiéndoles de aprender el texto francés ayudándose de la traducción. Pero sus
expectativas de Jacotot fueron superadas.
En efecto, los
estudiantes habían comprendido y respondido a las dificultades de una lengua
extranjera sin ninguna explicación. Entonces, ¿todos los hombres fueron capaces
de comprender lo que otros habían hecho y comprendido?
Joseph Jacotot fue
sorprendido por el resultado de este azar, porque hasta ese entonces, él había creído
en lo que creen todos los profesores concienzudos: que el gran asunto del
maestro es transmitir su conocimiento a sus alumnos para elevarlos por grados
hacia su propia ciencia. Él sabía cómo ellos que no se trata de atiborrar a los
estudiantes de conocimientos y hacerlos repetir como loros, sino también hay
que evitar estos caminos del azar sonde se pierden las mentes aun incapaces de
distinguir lo esencial de lo accesorio y el principio de la consecuencia[1].
De todo esto, en resumen,
el rol de maestro es explicar. Pero, no haría falta esa explicación. Haría falta de derribar la lógica del sistema
explicador. La explicación no es necesario para remediar a una incapacidad a
comprender. Es al contrario esta incapacidad quien es la ficción estructurante
de la concepción explicativa del mundo. Es el explicador que necesita del
incapaz y no la inversa[2].
Explicar algo a alguien
es ante todo demostrarle que él no puede comprenderlo por el mismo. Es allí
donde se hace creer a las personas en inteligentes y no inteligentes, se elaboran
mecanismos para justificar que hay diferencias en la inteligencia y, por lo tanto,
unos deben ser superiores y los otros inferiores; dando lugar al mito pedagógico.
Explicar a los estudiantes de acuerdo a sus capacidades y verificar si
comprendieron o no los temas, para Jacotot será el principio del
embrutecimiento[3].
Para Jacotot, así como
cuando la patria está en peligro, hace nacer capacidades inéditas todo residen
en la fuerza de la voluntad, esta situación no se diferencia en lo absoluto en
su principio la urgencia que ordena la exploración del mundo por el niño o
aquella vía singular de los sabios e inventores. A través de la experiencia del
niño, del sabio y del revolucionario, el método del azar practicado con éxito
por los estudiantes flamencos revelaba un segundo secreto. Este método de la
igualdad era ante todo un método de la voluntad. Podemos aprender solo y sin
maestro explicador cuando lo queremos, por la tensión de su propio deseo o la restricción
de la situación[4].
Jacques Rancière, con este Maestro Ignorante nos muestra como republicanos, progresistas, metodistas, etc.,
no hacen más que profundizar en la diferenciación de inteligencias, con la sola
intención de no tener ciudadanos emancipados, entonces el argumento perfecto es
que existe una inteligencia superior y una inteligencia inferior.
Y, para emancipar a un
ignorante, hace falta y es suficiente de estar uno mismo emancipado, es decir
consciente del verdadero poder del espíritu humano[5].
Los republicanos toman por principio la soberanía del pueblo, pero ellos saben muy bien que el pueblo soberano no puede identificarse a la muchedumbre ignorante y condenado a la sola defensa de sus intereses materiales. Ellos saben muy bien también que la republica significa la igualdad de derechos y de deberes pero que ella no puede decretar la igualdad de las inteligencias[6].
Un formidable libro que
ilustra muy bien el embrutecimiento del individuo y, cuales son las vías para
lograr la emancipación intelectual. El Maestro Ignorante, altamente
recomendable para todos.
Libro:Jacques Rancière, Le maître ignorant, cinq leçons sur l'émancipation intellectuel, Fayard, septembre 2004, 231 pages.
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