A una semana (del 30 noviembre al 11 diciembre 2015 en París) para dar inicio a la COP21 (la 21 enésima Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático, con la finalidad de tomar medidas en relación al clima), encontré el libro l’Imposture climatique ou la fausse écologie de Claude Allègre, un científico y autor de una decena de libros. Allègre es un científico de renombre, recibió en 1994 la Medalla de Oro del CNRS (Centre National de Recherce Scientifique); la distinción científica francesa más alta.
La impostura climática |
En la obra L’imposture climatique ou la fausse écologie[1] (La impostura climática o la falsa ecología) es una entrevista/conversación entre Dominique de Montvalon y Claude Allègre, publicada en 2010. En este libro de pone en causa a los científicos, revistas, periodistas, medios de comunicación, instituciones internacionales, escritores sobre el clima que imponen sus “estudios científicos” para justificas la dominación de los países del Norte para prohibir el desarrollo de los países del Sur principalmente.
Entonces para hacer más claro los propósitos defendidos por Claude Allègre, citaré en esta primera parte algunos pasajes del libro con la finalidad de entender mejor el tema.
Modelos informáticos en cuestión
Allègre afirma una verdad que muchos creen que una verdad eternal. Los modelos matemáticos están en constante mejora. Lo que antes tenía validez tiene un límite en el tiempo y ya no tendrá validez en el futuro. “Estoy convencido que, de aquí a 5 años, todas las predicciones climáticas fundadas sobre los modelos informáticos aparecerán como falsas y que otra vez se pondrá en acusación a la ciencia”[2].
¿Prohibir el desarrollo de los países del sur?
Muchas conferencia terminan en fracasos uno tras el otro. Porque lo que está en juego no es solo decir dejemos de emitir CO2, sino detrás de todo esta está el control para poder o no acceder una mejor calidad de vida. Y, para llegar ahí, se requiere un avance en tecnología, uso racional de los recursos y materias primas y, para llegar allí, necesariamente se pasa por tener o explorar fuentes de energía, sin esta última nada se puede hacer. Pero los países “ricos” o del Norte, quieren impedir al acceso de una mejor vida a los pueblos de los países del Sur, al menos eso es lo que podría suceder a mediano y largo plazo.
Para obtener una respuesta positiva en el acuerdo de Copenhague, habría sido mejor “no presentar la reducción de las emisiones de CO2 como sanciones o prohibiciones para retrasar el desarrollo – sobre todo de los países del sur – pero, al contrario, como oportunidades para promover un nuevo modelo de desarrollo. La lógica de prohibiciones, de cuotas y de alquileres de carbono es retrogrado, neocolonialista y, lo vimos, ineficaz. Este alarmismo climático sobre una afirmación del aumento de 2°C o 3°C en un siglo – que se podría evitar reduciendo las emisiones de CO2 – ha puesto todo al revés.”[3]
Al menos en Copenhague se habría visto un espectáculo de batalla entre los países del Norte y los de Sur. Porque es francamente inadmisible que en nombre del calentamiento climático, los más fuertes intentan todavía seguir dando órdenes a los países soberanos del Sur.
“Exactamente, un fracaso para el norte en su voluntad de controlar el desarrollo del sur. Cuando entendemos decir que la China no tiene el derecho de desarrollarse como nosotros lo habíamos hecho, que ella debe inventar un nuevo modelo de desarrollo, los chinos responden: “Es nuestro problema. Ustedes no tienen más que evitar consumir y contaminar el planeta…”[4]
Cuidado con deteriorar el planeta
Es una ambición de los países ricos que se escondieron tras mensajes alarmistas de “científicos”, medios de comunicación, líderes políticos, organizaciones internacionales para justificar acuerdos que van contra el legítimo derecho de acceso o al desarrollo de sus propios modelos socio-económico político de los países del Sur.
Es una ambición de los países ricos que se escondieron tras mensajes alarmistas de “científicos”, medios de comunicación, líderes políticos, organizaciones internacionales para justificar acuerdos que van contra el legítimo derecho de acceso o al desarrollo de sus propios modelos socio-económico político de los países del Sur.
“Cierto, pero esta ambición fue mucho tiempo escondido, en el nombre de los imperativos ecológicos planetarios, por lo nebulosa que rodea la guerra mundial anti-CO2. Se le decía a los países del sur: “cuidado, a todos nos concierne, ¡vamos a deteriorar el planeta!”[5].
Pretenden gobernar el mundo desde la tecno-estructura de la ONU
Otra razón por la cual Copenhague ha fracasado, es su estructura que la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En ella están aferrados técnicos que tienen la intención de gobernar el mundo, pisoteando los procedimientos democráticos. Ante esto, Claude Allègre denuncia a los autoproclamados apoyados por la ONU que pretender tener la verdad absoluta y que se niegan a un debate libre.
“¿Por qué un pequeño grupo autoproclamado, con la hipocresía de la ONU, tendría el derecho de decir al mundo la “verdad” científica, y lo que él debe hacer en el nombre de una ciencia incierta y de una estrategia de comunicación que yo estimo deshonesto privado de debates libres?”[6]
Científicos que se oponen, son desaparecidos
La deshonestidad de los “científicos” o de los portavoces es evidente, que buscaron sembrar el miedo con mensajes apocalípticos. Y Allègre lo dice claramente:
“Ella es deshonesta porque ella buscó asustar – y ella lo logró – extrapolando de manera no científica las previsiones llamadas “científicos”. Y todo sin dar la palabra a los científicos que no piensan como ellos, cortándoles los créditos, e impidiéndoles de publicar sus ideas, impidiéndoles de tener acceso a la base de datos, luego calumniándolos, afín de propagar miedo y falsas verdades…. Donde algunos son grotescas”[7].
Subvención para impedir el desarrollo
Muchas organizaciones no gubernamentales (ONG) promueven actividades contra el calentamiento global. Sin embargo sus actividades en gran medida no están dirigidas directamente hacia los que llevaron a una situación de impase del cual los directos afectados son los menos favorecidos. Se utiliza argumentos para pedir ayuda cuando las Islas de Pacifico están inundadas, aduciendo que se debe al cambio climático, cuando en realidad el Mar aumenta su nivel de 2 milímetros por año. La causa de estas inundaciones es debida al fenómeno bien conocido, el Guyot. Semejante cuando nos dicen que los pobladores de Bangladesh que están amenazados por una migración de tigres a causa de la emisión de CO2, o cuando leemos en el diario Le Monde que hay que dejar de comer la carne de res porque esta malo para el clima[8].
“¡Subvenciones contra la promesa de no-desarrollo!... con el miedo planetario, se esperaba que todo el mundo, de una cierta manera, encontraría su cuenta. Pero los resultados demostraron que no es así”[9].
Bonos de carbono para contaminar
Recibir subvenciones, a largo plazo es quedarse en completa desventaja. Ese modelo no va hacer más que incrementar la precariedad con los pueblos del Sur. Lo que tiene que hacerse es que cada uno debe elegir lo que mejor le conviene, tomando en cuenta diversos factores para poner acceder a otras formas de energías.
“Con los bonos carbonos para contaminar, y una multiplicidad de prohibiciones -, esto no es la buena fórmula. Lo que debe primar, es la innovación y el desarrollo de nuevas fuentes de energía barata Proponiendo compartir la innovación con los países del tercer-mundo podemos salir del estancamiento de Copenhague. Reducir las emisiones de CO2 de 20% para los países industrializados, esto no quiere decir volver atrás: esto quiere decir dotarse de recursos de energías nuevas.”[10]
El mito intocable
¿Para qué hoy privar el acceso a una calidad de vida mucho mejor a los pueblos del sur, en nombre del cambio climático, cuando en realidad no se conocen con exactitud el rol de otros factores ajenos al CO2? “'El calentamiento climático' es un mito intocable. ¡No importa la realidad! Ahora vivimos en el mundo cibernético, en el mundo digital, y en este planeta, la fantasía a menudo suplanta lo real, ¡demasiado banal! Dicho esto, yo advierto a los grandes sacerdotes de este cybermundo: se darán cuenta ellos que los ciudadanos empiezan a estar cansados por este catastrofismo repetitivo, por estas alarmas sucesivas – el futuro será dramático -, ¿mientras a diario viven muchas dificultades, tantos desafíos? Se les invita a luchar contra un posible y supuesto inquietante calentamiento climático: esperando, ellos mueren de frío y están sin empleo.”[11]
¿No será mejor preocuparse los problemas de hoy, en lugar de lo que supuestamente va pasar (si es que sucederá, porque nadie conoce el futuro) dentro de un siglo? La gente quiere soluciones a sus problemas de hoy y “¡no del clima dentro de un siglo!”[12].
El cambio climático es real, pero no solo se debe al CO2
Pero hay que remarcar que Claude Allègre no niega el cambio climático, sino que él está en contra de las tomas de decisiones en función de reportes “científicos” y “reduccionistas” donde sólo se está teniendo en cuenta las emisiones de CO2.
“Hay que decir que el calentamiento climático es real y, cualquiera que sea, mañana, habrá que adaptarse. Pero no sabemos lo que será ni si las causas de este calentamiento son naturales o humanas. Desde 10 000 años, el hombre hace demostración que él se adapta a los cambios climáticos que nunca cesaron. Decidir que el CO2 es la sola e única responsable y que bastaría de reducir sus emisiones para todo resolver, esto es, por lo menos, poner todos sus huevos en la misma canasta. Hace falta una actitud más pragmática, plural diversificando las precauciones”[13].
Combate contra el extremismo y totalitarismo verde
Los que están cuestionando los reportes del GIEC (Grupo Internacional para el Estudio del Clima, creado en 1988 bajo la efigie de dos organizaciones de la ONU: el programa de las naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Meteorológica Mundial), cada día van sumándose más científicos. Pero a inicios Allègre fue casi el único en denunciar las tesis del calentamiento climático.“Mi combate, es contra el extremismo bajo todas las formas, contra el alarmismo, el miedo, el totalitarismo verde, contra los excesos de todos los orígenes. Mi combate, es aquel del buen sentido y de la mesura.”[14].
Los hechos observados y si los modelos no van con la realidad
El invierno 2008-2009, habría sido el más frio y desde el inicio, el invierno 209-2010, no dio credibilidad a la ida de un calentamiento del planeta. Por lo que la realidad que uno tiene frente a los ojos, no coincide con las modelizaciones.
“Desde hace diez años – y no solamente estos últimos meses – el clima no da poca razón a las predicciones alarmistas de los expertos del GIEG. El invierno 2008-2009 fue, como el precedente, frio en Francia, en Canadá, en Siberia. […] La temperatura media del océano no aumenta después 2003. Desde 10 años, la temperatura media del globo tiene la tendencia a disminuir. Y cuando vemos en pleno verano, como sucedió en 2008, los elefantes se atascaban en la nieve en Kenia, mucha gente de buena fe se cuestionaba: ¡esto es un poco desordenado como índice del calentamiento! El GIEC debería decidirse a tener en cuenta los hechos observados y si los modelos no van con la realidad, el GIEC debe tener la honestidad de admitirlo”.[15]
Enfriamiento y calentamiento del clima
En el diario Le Monde, el 21 de octubre 2009, según menciona Allègre, “un miembro eminente del núcleo duro del GIEC, Mojiv Latif, que dirige un equipo de modelizadores localizado en Kiel en Alemania, realizó una conferencia. Primero él dijo:'Las observaciones no corresponden a las modelos. Por lo que hay que modificar los modelos'. Se trata, de su parte, de una actitud honesta e incluso valiente. Luego el adiciona: “Según mi nuevo modelo, el globo va enfriarse durante veinte o treinta años”. Predicción muy interesante fundada sobre un modelo de análisis del clima en la cual, esto es el hecho importante, el océano está plenamente integrado. Ahora bien, esta predicción adhiere a aquello de los especialistas del Sol, y principalmente de un grupo de astrónomos holandeses: sur la bases de los ciclos solares, ellos afirman, también, que habrá un enfriamiento.”[16]
El clima es impredecible
Con las afirmaciones del científico francés, lo que se busca no es ganar alguna portada, sino simplemente denunciar las imposturas del GIEC sobre todo.
“Yo no busco ninguna gloria científica en este dominio. Yo noto simplemente que etas nuevas predicciones están en total contracción con los modelos del GIEC, de donde yo no dejo de denunciar la impostura ligado a la subestimación grave de incertitudes.”[17]. Para Claude Allègre no se puede anticipar lo que seria en un futuro, razón por la cual toma con cautela ciertos pronósticos.“En efecto, soy muy receloso frente a todas las predicciones climáticas…. Fundamentalmente, yo creo que el clima es impredecible. Hay que observar, extrapolarlo un poco, adaptarse progresivamente”[18].
El cambio climático no se debe a especulaciones teóricas
Como lo dijo anteriormente el mismo Allègre, él es consciente que existe un cambio climático, pero insiste en que esto siempre sucedió a través de la historia se puede corroborar y que las causas precisas aun quedan por conocerse:
“Por supuesto, pero cela reporta de la observación, ¡no de la especulaciones teóricas! Los contrastes climáticos – extremas sequías-lluvias diluvianas, por ejemplo – parecen multiplicarse. Hay un cambio climático, como nunca dejo de haberlo a lo largo de la historia geológica. Persisto: no se conoce las causas exactas de este cambio y, en el estado actual de la cosas, no se puede prever exactamente la evolución, ¡ni intervenir eficazmente para cambiarlo!”[19].
El aumento de CO2 es también por la actividad del hombre
Claude Allègre no niega que el contenido en gaz carbónico aumenta en la atmósfera después de la era industrial, porque “esto es una hecho de observación. Esto es una evidencia. Son mis colegas geoquímico, Hans Suess y Charles Keeling, que lo demostraron”[20]. Allègre también admite que el aumento de CO2 es debido a las actividades humanas. “Por supuesto… esto está establecido por diversos observación geoquímicas, principalmente sobre el carbono 14”[21].
Otra verdad es que el fenómeno físico del efecto invernadero causado por el CO2, “¡pero cuidado a las deducciones que algunos hacen a partir de esta constatación, teniendo en cuenta los bajos contenidos en CO2 en la atmósfera terrestre!”[22]
Compuesto que contribuyen al efecto invernadero
También no se debe ignorar lo que la vida cotidiana del hombre contribuye a la degradación de la Tierra, pero no en la misma proporción de los otros compuestos presente en la atmósfera. “Por supuesto que el hombre contamina la atmósfera y le impone bastante basura, principalmente en las ciudades, pero ¿Cuáles son aquellas que intervienen sobre el clima? El vapor de agua es un gas del efecto invernadero mucho más eficaz sobre la tierra que el CO2.”[23]
En el cambio climático hay muchos factores que entran en juego: el rolo cuantitativo de las plantas verdes que absorben el CO2 para fabricar materia viviente por la fotosíntesis, el rol del océano que es un inmenso reservorio de CO2, el rol de las nubes… Existen estudios sobre la absorción de CO2 por ejemplo el del bosque africano. Según Allègre, este estudio “demuestra que la absorción por el bosque aumenta al mismo tiempo que el contenido en la atmósfera”[24]. Esto es “una observación fundamental, porque podríamos pensar que la absorción de CO2 por las plantas juega el rol de un regulador natural de CO2. Se conoce, en efecto, que en el curso de los tiempos geológicos los contenidos de CO2 de la atmósfera han variado: ellos eran muchos más importantes en el cretáceo (hace 100 millones de año) que hoy en día, y después, estos contenidos han disminuido. Por lo tanto hay un mecanismo natural que regula los contenidos en CO2 de la atmósfera…. Yo insisto y soy extremadamente serio: estos fenómenos son muy, muy complejos…”[25]
La ciencia no es cuestión de democracia
Enfrentarse a miles de científicos para defender una idea o simplemente para poner en tela de juicio lo que la mayoría dice, requiere una valentía y dejarse llevar por el buen sentido y la observación. Se utiliza los argumentos de autoridad contra Claude Allègre. El ejército de cerebros del GIEC comprende miles de científico. Entonces muchos se preguntan por qué un tal Claude Allègre tendría la razón.
Para eso, el científico francés tiene una respuesta contundente : Porque “la ciencia no es cuestión de democracia, no es una cuestión de mayoría. Como lo dice nuestro gran matemático Alain Connes: ‘Jamás hemos demostrado un teorema por un voto’. Un progreso científico se hace generalmente contra la opinión promedio de la comunidad. Si no, esto no es un descubrimiento. Si, en mi vida científica, he podido aportar un cierto número de ideas que son hoy en día integrados en el saber, es oponiéndome cada vez al consenso del ambiente de mis colegas. ¡En 1970, éramos tres en Francia en defender las placas tectónicas contra…. 5 000 adversarios! La aceptación de una idea científica se hace siempre al final de plazo más o menos larga”[26]. Porque “para una teoría como la relatividad especial que se demuestra matemáticamente, tuvo que pasar 30 años.”[27]
Si piensas diferente, te desaparecen
En esta lucha de confrontación de estudios, cada vez más hay más científicos que están cuestionando los reportes del GIEC y, Claude Allègre dice: “Efectivamente, no estoy solo ni tampoco soy el primero en contestar el punto de vista del GIEC. Simplemente, durante mucho tiempo, las voces de los oponentes a las tesis oficiales fueron asfixiadas. En mi caso –teniendo en cuenta de lo que soy, de mi independencia -, la “mayoría climática” no tuvo los medios de impedirme de expresarme.”[28]
No es una tesis, esto está demostrado
Pero se podría hacer un paralelo entre lo que el Cardenal Robert Berllarmin decía a Galileo en 1615, porque la “tesis” que Allègre defiende en este asunto del calentamiento climático, como en el tiempo de Galileo, una “verdad oficial”; dice Dominique Montvalon. A lo que Allègre replica: “No es una tesis, esto está demostrado. Existe una verdad impuesta con los métodos dignos de regímenes totalitarios. Si no, ¿Cómo comprender la violencia de los ataques de cual he sido objeto en la prensa, mientras que mi solo perjuicio era – y permanece – de poner en duda una afirmación científica? ¿La duda metódica, no es un ilustre francés – René descartes – que lo inventó? ¿Debemos en Francia ser condenados por eso?”[29].
Los injurias por parte de los grandes "sacerdotes" del cambio climático
Los ataques que recibe Allègre y, los que encontraron deficiencias o exageraciones en los estudios publicados por el GIEC fueron de todo tipo. Razón por la cual Allègre en este libro habla de manera exhaustiva. “No hablo hoy en día a la ligera de 'impostura climática'. Cada vez que los espíritus independientes y teniendo una formación científica solidad – que ellos sean físicos, geofísicos, ingenieros o incluso climatólogo – examinaron el expediente del “calentamiento climático”, ellos han emitido muchas dudas, o rechazaron las tesis alarmistas del GIEC. Todos subrayaron la enorme margen de incertidumbre que hacía falta asociar a los resultados, y también un cierto número de errores técnicos. Cada vez ellos fueron inmediatamente atacados, calumniados, injuriados por las 'grandes sacerdotes del calentamiento' sin que estos últimos argumenten. Habrá que demandarse por qué pues esta postura es, a mi conocimiento, única en la ciencia moderna. En general, en ciencia, se debate intercambiando argumentos contradictorios y, en general, la ciencia es la que gana. Aquí no hay debates: '¡circula, no hay nada que ver!' El GIEC estableció la verdad. Hay un consenso. Usted no tiene más que admitirlo. Un punto, eso es todo [….] rechazar el debate, ¡es salir de la ciencia! Y eso es lo que se hace desde hace diez años”[30].
Ecología política totalitaria
Es una evidencia que cuando se quiere imponer algo, se busca a los portavoces y acudir a la autoridad para justificar sus intenciones y, para eso existen miles de ejemplos. Entonces “¿Existe una interferencia entre ciencia y política?”, cuestiona Montvalon.
La respuesta de Allègre es: “Si, sin duda, pero es mucho más complicado que eso. Yo sostengo que la tendencia profunda de la ecología política es de ser totalitaria”[31].
Esta es una parte de lo que contiene el libro La impostura climática, por lo que está en cada uno continuar con la investigación con la finalidad de tener e lo posible la más amplia información sobre el tema. Es crucial cuestionarse toda la vida posible y no solo admitir como verdad absoluta la información de un solo lado.
En la próxima publicación citaré nombres de personajes y científicos, partidos políticos, lo que se está haciendo para modificar el comportamiento del clima, etc.
Notas:En la próxima publicación citaré nombres de personajes y científicos, partidos políticos, lo que se está haciendo para modificar el comportamiento del clima, etc.
[1] Claude Allègre avec Dominique de Montvalon, L’imposture climatique, ou la fausse écologie, édition Plon, 2010, France.
[2] id. p.12
[3] id. p.12-13
[4] id. p.13
[5] id. p.13
[6] id. p.14
[7] id. p.14
[8] id. p.14-15
[9] id. p.15
[10] id. p.15-16
[11] id. p.16
[12] id. p.16
[13] id. p.17
[14] id. p.17
[15] id. p.17-18
[16] id. p.19
[17] id. p.19
[18] id. p.20
[19] id. p.20
[20] id. p.20
[21] id. p.20
[22] id. p.21
[23] id. p.22
[24] id. p.22
[25] id. p.23
[26] id. p.24
[27] id. p.25
[28] id. p.25
[29] id. p.25
[30] id. p.26
[31] id. p.26
No hay comentarios.:
Publicar un comentario